El 28 de diciembre de 1895 es una de las
fechas más sobresalientes dentro del mundo de la cultura y el arte, el
nacimiento del cine, que permanece en la actualidad a pesar de la gran
evolución que ha adquirido.
Para entender este cambio y su proceso nos
remontamos a sus inicios, enero de 1895, cuando se presenta por primera vez el
cinematógrafo. Once meses después, surge la primera proyección pública de
imágenes en movimiento, realizada por los hermanos Lumière. Se presentó en el
Salón Indien del Grand Café de París, (Boulevard des Capucines), lo que sería
la primera sale de cine de la historia.
Esta
proyección tuvo un gran impacto en el público y en la sociedad de la época,
se componía de breves imágenes de apenas 1 minuto, mostrando actividades
cotidianas como jugar a las cartas (Jugadores
de cartas), esperar el tren (El tren
llegando a la estación) o salir de trabajar (Salida de la fábrica). Mostraban la realidad y eran un reflejo de
la época que se vivía, lo que hizo que se produjese un cambio en el pensamiento
del hombre.
Las proyecciones fueron mejorando con el tiempo y
extendiéndose geográficamente, dando lugar a mayor variedad de temas como
documentales o ficciones, mayor complejidad de escenas incluyendo efectos especiales
y recursos cinematográficos que hoy todos conocemos como el flashback, el
montaje simbólico, imágenes a cámara lenta … Estas novedades en un principio no
fueron entendidas por el público, pero acabaron por llamar su atención.
Las empresas que tomaron conciencia de la
importancia que estaba adquiriendo el cine, y su potencial económico,
decidieron invertir en aquellas proyecciones y películas ya que obtendrían grandes
beneficios.
El cine paso a ser una actividad de ocio. Era una
forma de educar, transmitir ideas y pensamientos a la sociedad o simplemente
entretener y hacer al público, pasar un buen rato con familia y amigos.
Podríamos decir que el cine de esta época no se
aleja mucho de lo que es el cine hoy en día, sin embargo, no es así.
Según estudios, muchas familias han dejado de ir
al cine como actividad de ocio debido a que no pueden permitírselo, los precios
de esta actividad han aumentado considerablemente y por ello gran parte de la población
ha decidido pasar sus ratos libres e invertir sus ahorros en otras actividades
de ocio más económicas y que se puedan permitir. Un estudio del instituto
nacional de estadística sobre el empleo del tiempo libre en 2009-2010, afirma,
que solo un 1% del total de personas preguntadas, asistieron al cine en su
tiempo de ocio.
Por ello
el cine ha dejado de ser una actividad cultural para reflejar el arte, a ser un
negocio en el que las empresas invierten gran cantidad de dinero para vender
películas comerciales que entretengan al público un par de horas a cambio de una
costosa entrada.
Paula Morito de Oro
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